No uses tarjetas débito

¿Qué pasaría si te dijera que estás cometiendo un grave error financiero cada vez que usas tu tarjeta débito? ¿Me creerías? Si te dijera que la forma óptima de usar esa tarjeta débito es precisamente no usándola. Pues bien, en este texto te voy a revelar por qué usar tu tarjeta débito podría estar costándote…

¿Qué pasaría si te dijera que estás cometiendo un grave error financiero cada vez que usas tu tarjeta débito? ¿Me creerías? Si te dijera que la forma óptima de usar esa tarjeta débito es precisamente no usándola. Pues bien, en este texto te voy a revelar por qué usar tu tarjeta débito podría estar costándote más de lo que crees y cuál sería la buena práctica del uso de tu dinero.

Mi nombre es Juan Pablo Zuluaga y junto con Caro, mi esposa, creamos Mis Propias Finanzas, que es una empresa de educación financiera para ayudarle a miles de personas a cambiar sus finanzas personales y a tomar acción para empezar a invertir. 

Y ahora sí, ¿por qué decimos que la mejor forma de usar la tarjeta de débito es no usándola? Hay varias razones, pero te voy a resumir tres grandes argumentos porque, al menos desde la teoría y de lo que nosotros creemos, esta es una estrategia que no funciona.

 

El primer criterio para no usar la tarjeta de débito: cero o muy pocos beneficios. 

Una tarjeta de débito en la gran mayoría de los bancos no representa mayores beneficios económicos. Para el banco no generan ingresos por intereses ni por cuotas de manejo en muchos casos, por lo que no es el producto que más suelen promover. Y por esa razón, la tarjeta débito suele tener muy pocos beneficios comparado con opciones como la tarjeta de crédito, que recompensa a mayor medida a través de puntos, millas, cashback, descuentos, entre muchas otras cosas.

Ojo, no digo que ninguna tarjeta débito no tenga beneficios, pero en su gran mayoría no los tiene. Y en este mundo de las finanzas inteligentes y de las finanzas conscientes, debemos siempre buscar y optimizar la mejor forma de tomar decisiones que nos generen los mayores retornos y los mejores beneficios. Por esa razón, al menos yo prefiero buscar medios de pago que me generen beneficios y mejores oportunidades.

El segundo criterio es la baja seguridad, y esto es un hecho, no es una percepción

Entre una tarjeta de crédito y una tarjeta de débito, la tarjeta de débito es la menos segura. No estoy diciendo que la tarjeta de débito es de baja seguridad o que tenerla es un gran riesgo, pero si las comparas entre las dos, la tarjeta de crédito es mucho más segura. Y te cuento por qué en tres razones.

La primera, seguro de fraude

La mayoría de las tarjetas de crédito tienen un seguro de fraude, que es un seguro que protege este medio de pago ante robos, donaciones, filtraciones de datos, entre otros. La tarjeta débito, por lo general, no tiene este tipo de seguro. Y la lógica detrás de esto es muy sencilla: el banco protege más el dinero que te presta que el dinero que tú le das al banco para que te lo custodie.

La razón número dos es los esquemas de seguridad y riesgo

Como ya lo dijimos, el dinero de la tarjeta de crédito es dinero prestado del banco, que pagarás después de un tiempo. Entonces, el banco se cuida mucho y tiene mayores filtros de seguridad con ese producto. Aquí te doy un ejemplo para que entiendas mucho mejor, y ojo, es un caso real que le pasó a uno de nosotros en Mis Propias Finanzas.

Resulta que un viernes, Santiago, una persona que trabaja en el equipo, salió a tomar cerveza y a comerse algo con unos amigos en Bogotá. Hacia las 10 de la noche, pagó su cuenta con la tarjeta de crédito, pidió un Uber, que también pagó con tarjeta, y llegó a su casa. A las 2 de la mañana, le llegó un mensaje de texto a Santiago diciendo que el banco había bloqueado su tarjeta por una sospecha de fraude. Resulta que a la 1 de la mañana, tres horas después de haber comido y haber pedido Uber, al banco le llegó una transacción con la misma tarjeta por unos tiquetes para un vuelo de Bali en Indonesia hacia París, además con una IP ubicada en un país oriental.

Y claro, por los esquemas de seguridad del banco y viendo que solo tres horas después de haber pagado el Uber en Bogotá se estaba intentando hacer una compra de vuelos en otro continente, el banco por cuenta propia bloqueó la tarjeta. Esto es porque los filtros de seguridad del banco analizan los datos y son capaces de hacer este tipo de conexiones para determinar si hay posibilidad de fraude. Con la tarjeta de débito, posiblemente esa transacción se hubiera realizado y, además, conseguir la devolución del dinero habría sido una tarea difícil, pesada, desgastante, con muchas llamadas al banco y, posiblemente, sin recuperar ese dinero.

La razón número tres de seguridad es que la compra con débito es inmediata

Mientras que con crédito está en pausa, entre comillas. ¿Por qué decimos esto? Cuando vas a un restaurante, una tienda o un centro comercial y pagas con tu tarjeta débito, la transacción se hace de inmediato. Entonces, si tenías $100 en la cuenta y pagas $10 con la tarjeta de débito, inmediatamente verás $90 en tu cuenta. Con la tarjeta de crédito, no es así. Cuando pagas con crédito, la transacción queda de cierta forma en pausa hasta la fecha de corte y después de pago.

Entonces, si hay algún tipo de eventualidad y tienes que soportar una transacción errónea, obviamente tendrás que hablar con el banco y gestionar el caso, pero como la transacción está pausada, puede suceder que se reverse esa transacción y te eliminen el cobro. Con la tarjeta débito también se puede, pero es un proceso mucho más dispendioso, tedioso y difícil de comprobar.

Por esas tres razones de seguridad, prefiero más la tarjeta de crédito que la tarjeta débito. Ahora retomemos, ¿por qué decimos que debes reconsiderar el uso de tu tarjeta débito? Vamos en el tercer criterio

 

La tarjeta de débito no genera historial crediticio.

El historial crediticio es muy importante. De forma fácil y práctica, es como tu hoja de vida para aplicar a préstamos bancarios en el futuro. Si mañana quisieras aspirar a ser el gerente de una gran empresa pero no tienes experiencia laboral, lo más seguro es que te digan que no te van a contratar. Con los préstamos es algo similar. Si nunca has tenido productos de crédito, si nunca has demostrado que sabes manejar dinero prestado de entidades financieras, el día de mañana te van a cerrar muchas puertas al no ser un cliente en el que puedan confiar.

Con la tarjeta débito, usamos siempre nuestro dinero, y es clave saberlo manejar, pero eso no le demuestra al banco que sabes manejar el dinero prestado, que sabes controlar tus gastos y que sabes administrar tu dinero disponible. En cambio, una tarjeta de crédito va a ser tu carta de presentación al banco. Pero así como puedo tener una buena carta de recomendación y una buena hoja de vida, también puedo tener una pésima carta de presentación.

Por eso, las tarjetas de crédito son un arma de doble filo. También con la tarjeta de crédito debemos tener cuidado y ser muy responsables con los pagos. Si las manejamos mal, podemos ensuciar y dañar ese historial de crédito, y eso va a tener consecuencias muy malas a mediano y largo plazo.

En resumen, las tarjetas débito son productos financieros muy prácticos, funcionales y eficientes, pero si lo que estás buscando es aumentar la eficiencia de tus finanzas y sacar el máximo provecho, yo me fijaría en otro tipo de medios de pago con mayores beneficios, descuentos, recompensas, puntos, cashback y millas. Usar en ese caso una tarjeta de crédito responsablemente te abrirá las puertas a un mundo de beneficios que una tarjeta de débito casi nunca tiene.

Pero recuerda, no se trata de gastar más, sino de gastar con inteligencia. No olvides que el crédito no es dinero extra, es una herramienta que, si la manejas bien, puede mejorar tu vida financiera significativamente, pero si lo manejas mal, puede acabar con tus finanzas.

¡A seguir aprendiendo!

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